miércoles, 11 de enero de 2012

Prepara el desayuno la noche anterior





Ten claro qué vas a desayunar.

Este es el paso más importante y que te ahorrará más tiempo.  Planea tus desayunos semanalmente para que tengas todo lo necesario y puedas organizarte.

Fruta picada

Pela y parte la fruta de tu elección y guárdala en el refrigerador.  Al otro día puedes comerla sola, agregarla a una avena, utilizarla en un licuado o añadirle yogurt o queso cottage.

Verdura picada

Deja rebanada la verdura para tu omelette, cocido y picado el nopal para tu ensalada, desinfectada la lechuga para tu sándwich…

Jugo

Desinfecta y parte los ingredientes de tu jugo favorito.  Guárdalos en el refrigerador y al día siguiente solamente tendrás que ponerlo todo en la licuadora.

Programa la cafetera o tetera

Para que empiece a funcionar a la hora que te convenga, si no puedes programarla, al menos deja el café y el agua puestos para que únicamente tengas que apretar un botón.

Cocina con anticipación

Una noche antes puedes dejar lista la salsa para las Enfrijoladas, pico de gallo para las sincronizadas, las salsas picantes, los frijoles machacados, las verduras cocidas…todo lo que pueda representar un ahorro, aunque parezca mínimo, vale la pena hacerlo.

Quesos

Deja los quesos picados, rebanados o deshebrados.

Avena cocida

Cuece avena en agua con canela y vainilla, déjala enfriar y guárdala en el refrigerador.  Al día siguiente puedes comerla fría o caliente, agregarle leche de vaca o vegetal y los complementos que gustes: fruta, nueces, almendras, chía, canela en polvo, miel, pasitas… Incluso puedes cocinar una buena cantidad de avena un día y recalentarla en los días subsiguientes.

Arroz cocido

Así como se come la avena, se puede comer también el arroz.   En una olla, mezcla ½ taza de arroz cocido con una taza de leche de vaca o vegetal, canela y vainilla. Deja que hierva y reduce la flama, moviendo ocasionalmente hasta obtener la consistencia deseada.  Deja enfriar y guarda en el refrigerador.  Al día siguiente solo tienes que calentarlo y puedes agregarle fruta fresca, frutos secos, nueces, almendras y miel al gusto. Utiliza arroz integral de preferencia.

Avena cruda (overnight oats)

Si te gusta la avena fría, esta es una gran opción porque no requiere cocinar ¡nada!  En un recipiente mezcla ½ taza de hojuelas de avena con ½  taza de leche de vaca o leche vegetal y ½ taza de yogurt o cualquier otro fermentado (tipo Kefir, yogurt griego, búlgaros o yogurt vegetal).  Deja en el refrigerador (cubrir o no es opcional).  Durante la noche la avena absorberá los líquidos y adoptará una consistencia pastosa.  A la mañana siguiente o desde una noche antes, puedes agregarle los ingredientes que quieras: canela en polvo, fruta picada, nueces, almendras, miel, otro cereal (amaranto, germen de trigo, etc), granola, semillas (chía, linaza), etc.
Como ven, el que quiere, siempre puede comer sanamente….

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